CAPÍTULO 24

(Donde el Apóstol da a conocer el Sermón de la Amistad) (1)

Un día, el Apóstol Catódico y su fiel discípulo Carnestolendo estaban tomando un opulento café irlandés con scones. El Apóstol pidió a Doña Ligustrina Bianchetti un segundo café irlandés, así cada uno podía tomar del suyo propio, y entonces Carnestolendo dijo: "hay quienes se matan por un pebete con jamón y queso y hay quienes se matan por un pete con mermelada. Hay gente para todo". Y el Apóstol agregó que la amistad nace del conocimiento de esas diferencias entre las personas.

Previendo que iba a ser testigo de un momento único de Inspiración de Lo Alto, Carnestolendo llamó a los demás discípulos, a las Hermanas de la Sagrada Gola y al número cinco de San Telmo, que pasaba por allí.

Y esto fue lo que dijo el Apóstol:

Alberto Cortez dice que, cuando un amigo se va, queda un espacio vacío. Y Roberto Carlos quiere tener un millón de amigos... cuánto vacío si se le van todos a la vez. Cuánto vacío, asado de tira, morcilla, chorizo y matambre a la pizza. ¿Qué mejor que un asado con los amigos? Un asado bien regado, el diálogo amable... Hablar de por ejemplo la amistad entre el hombre y la mujer. Un tema del que se puede hablar largo y tendido. Bueno, tendido no: hablar tendidos no es cosa de amigos, por definición. Y ya que hablamos de definiciones, en las definiciones por tiros desde el punto del penal hay que asegurar el tiro, pateando fuerte y al medio. Eso es algo que me aconsejaron cuando era chico. Y un amigo que da consejos, más que amigo ¿es un padre? Pero también dicen que el mejor consejo es el que se da uno mismo, y ahí está la madre del borrego. Y el padre del borrego ¿es el amigo que da consejos? ¿Y un amigo de lo ajeno es alguien que da consejos y es como un padre sin ser el progenitor?

Como expresara en un célebre y falsa cadena de mensajes de correo electrónico el escritor colombiano y comentarista deportivo argentino Enrique García Márquez, AMIGO ES AQUEL...

... que te toma de la mano y te toca el corazón.

... que te toma del talón y te toca el páncreas.

... que gustoso saciaría tu hambre cortándose una pierna y dándotela para que la comas, pero no lo hace porque no quiere que engordes.

... que te presta su hombro para que llores en él y no te cobra el gasto de tintorería (¡se lo dejaste a la miseria!).

... que te da su mano y está orgulloso de haber quedado manco por ayudarte.

... que está cuando lo precisás y no recuerda tu número de celular cuando no tenés ganas de hablar con nadie.

... que conoce todos tus secretos y no te extorsiona porque sabe que no valen nada.

... que te abre todas sus puertas, menos la de su dormitorio.

... a quien podés prestarle un CD sabiendo que te lo devolverá, porque de otro modo nunca recuperará aquel CD que te prestó hace un año y vos todavía no le devolviste.

PERO, POR SOBRE TODO, AMIGO ES AQUEL A QUIEN AÚN NO PODÉS LLAMAR EX AMIGO.

Y dicho esto, todos rompieron a dar loas y loas a Lo Alto por este magnífico ejemplo de Iluminación... especialmente el número cinco de San Telmo, que venía de marcar un gol de penal el sábado anterior, justamente por patear al medio del arco, asegurando el tiro.

Con los ojos húmedos, el futbolista preguntó al Apóstol cómo podía agradecer este momento, y recibió por respuesta la recomendación de fundar la Orden de los Atletas del Apóstol Catódico, aportando a ella un porcentaje de los derechos federativos de su pase.

Y fue así que cuando tal jugador, tras pasar de San Telmo a San Lorenzo de Almagro, fue vendido al Saint Etienne de Francia, la obra del Apóstol recibió su parte.

(Continúa)

(1) El lector puede saltear la lectura de este capítulo, a los efectos de un mayor disfrute de la obra.

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