Reseña crítica: De vez en cuando a los norteamericanos les gusta recibir algunos suaves tironcitos de orejas sobre ciertos temas históricos o políticos, como, en este caso, es el de la famosa "Caza de Brujas" emprendida no solo por el Senador de Wisconsin, Joseph McCarthy, sino por la mitad más uno del pueblo norteamericano durante la Posguerra. La película muestra, de manera testimonial, la historia del periodista Edward Murrow, que ya había sido eje de un telefilme justamente titulado MURROW (1986), en cuyo programa televisivo, SEE IT NOW, se atrevió a levantar dudas sobre lo tajante de las acusaciones de McCarthy. En un momento candente, Murrow presentó filmaciones del Senador en las que se tergiversaba con sus propias palabras. El inteligente punto que trató de hacer notar el periodista era que McCarthy exacerbaba los temores de la opinión pública hacia los "Rojos", no para luchar realmente contra el Comunismo, sino para afianzar el poder de su propio partido político. A través de una histórica emisión televisiva (que se produjo en marzo de 1954), Murrow mostró un antiguo discurso en el que McCarthy afirmaba que "si la lucha contra el Comunismo es una lucha entre los dos grandes partidos de América, entonces, la gente sabrá que uno de esos dos partidos será destruído". Esto lo empalmó con el audio de otro discurso en el que acusaba al partido Demócrata de traición al país. Como colofón, Murrow invitó al Senador a debatir en su programa, donde se le ofreció la oportunidad de defenderse de sus propios dichos. Previsiblemente, McCarthy resolvió todo diciendo que Murrow y su "jauría de chacales" eran zurdos. El resultado final, la caída de McCarthy, pondría fin al "terror", pero también iniciaría una etapa de "desmccarthización", que, a hoy en día, implica casi un total acuerdo en relacionar la "Cacería" íntegramente con el nombre de McCarthy. La película, filmada en un blanco y negro quemado, está ambientada en unos estudios de la CBS surcados por ingentes nubes de humo de cigarrillo y una permanente aprehensión. Hay una historia paralela, sobre un matrimonio de empleados que trabajan para CBS (a pesar de la prohibición de la empresa de que haya relaciones entre sus empleados), que tal vez tenga alguna intención de relación con la trama básica. La película no aporta otros elementos críticos que los esperados. Para la película (y también para la opinión pública mundial), no parece haber otro iniciador del "terror" que McCarthy. De la misma manera (siempre según la película), el que acaba con la credibilidad del Todopoderoso es Murrow. En la historia real, McCarthy venía recibiendo constantes ataques de la prensa desde 1950, incluso Murrow, en entrevistas, se excusó de que su golpe llegara tan tarde. Pero el efecto de la película, que se mantiene firme en el campo testimonial (cediendo por momentos al melodrama y al suspenso político), y que aporta los valiosos aciertos de una excelente ambientación, trabajo actoral, fotografía y soberbia compaginación de fragmentos de noticieros y entrevistas de época, es como dijimos al principio, un "suave tironcito de orejas". [Cinefania.com]
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