SALA DE REDACCIÓN

La cita fue el sábado por la mañana: mates, café y un cuarto de masitas. El equipo de redacción de CINE BRAILLE estaba reunido para debatir los proyectos de la página para el mes de octubre y se produjo el siguiente diálogo, que reproducimos en la creencia de que puede ser de interés para nuestros eventuales y acaso inexistentes lectores.

- A veces pienso que la página… Perdón, El Portal, como enseñó a decir Jorge Asís… Digo que a veces pienso que el Portal adquirió vida propia y es como una mascota que pide que la alimentemos. Bueno, hace una semana que no le damos de comer.

- Un proyecto que nadie nos obligó a encarar, por cierto. Intentamos responder a una pregunta que no nos había formulado nadie. Un fenómeno ya descripto hace dos mil cien años por un romano que se llamaba Terencio, y que dijo famosamente Nostri nosmet poenitet. O sea “nosotros mismos somos nuestra penitencia”.

- El tipo de cita que uno guarda mucho antes de encontrar la situación ideal para usarla, si intuyo bien.

- Cómo vas a intuir mal si somos apenas proyecciones del editor de la página, perdón, el Portal, a los efectos de montar un diálogo socrático en pantuflas. Fíjate que ni personajes hay en esta página, sólo líneas de diálogo que no importa quién las diga.

- Bueno, empecemos de una vez. Temas de la semana que vayan más allá de ser personas en situación de Argentina. Cortejemos al lector extranjero, que hay quien nos lee en España, Colombia, México, Uruguay, Chile, Perú, hasta Estados Unidos.

-  De los últimos días yo señalo como temas Greta Thunberg, ecologismo, cambio climático, soberanía nacional en tiempos de crisis globales que requieren un enfoque global.

- Son todos temas peligrosos, porque se requiere un nivel de información importante y, si no lo tenés, estás a merced de tus prejuicios y de los vampiros de billeteras interesados en explotarlos.

- El cartel rojo de “alerta de bolazo” empieza a titilar tanto que te deja ciego.

- En esta página, perdón, Portal, que coquetea tanto con el cine, es el momento de recordar a Eddie Mannix, el personaje de Josh Brolin en Hail, Caesar! de los hermanos Coen. Eso de que “la gente no quiere hechos ¡quiere creer!”

- Con ese nivel de prejuicios y de desinformación hay muchas posibilidades de desarrollar una línea de pensamiento válida y terminar yéndote de excursión para el lado de los tomates. Fíjate el antiespecismo, la idea de que no es lícito privilegiar la especie propia por sobre las demás. Tenés millones de personas que se van a dormir con la panza vacía y te indignás porque las vacas no dan leche, se las sacan. No sé, me parece que hay un tema de prioridades ahí.

- Yo creo que si sos un antiespecista sincero y te persigue un animal en vías de extinción, como un oso polar, te tenés que dejar comer. O cuanto mucho dejar que te mastique un brazo. ¡Basta de egocentrismo, de pensar siempre primero en uno! Al mundo no lo salvamos porque no queremos, a la final.

- Qué valioso lo que decís ¿se te ocurrió mientras tus neuronas hacían un paro a la japonesa?

- Al final sos como ese personaje de Chesterton: si se te ocurre un chiste lo decís y te hacés fama de gracioso, pero si no se te ocurre decís que no es tiempo para bromas y te hacés fama de juicioso. Sos la gata de doña Fauna.

- Bueno, volvamos a la seriedad, entonces. O a lo más cercano a la seriedad que estemos en condiciones de llegar. Como civilización estamos acumulando puntos a lo bestia para el Meet & Greet con el Apocalipsis, jugándonos, a la Juan Moreira,  un truco con La Muerte con dos cuatros y una sota. ¿Por dónde empezar a buscarle una vuelta, no sé si al tema pero al menos a nuestra nota acerca del tema?

- Tiremos puntas, no creo que en un tema tan complejo haya sólo una línea de análisis. Una que veo muy obvia es que el No Future del punk parece haber sido cooptado por esos nihilismos de derecha que encabezan esos solecismos andantes que son Trump o Bolsonaro. Por momentos parecen cultos apocalípticos: no es que rechacen las ideas del calentamiento global y el cambio climático, pareciera que no les importan. Supongo que piensan que se van a morir, y muy ricos, antes de que el mundo se vuelva inhabitable.

- La cuestión es, me parece, quién va a pagar la cuenta de los inevitables ajustes a nuestro modo de vida que va a haber que hacer. Por lo pronto los multimillonarios tipo Elon Musk están pensando en escaparse a Marte, a la Luna o a una estación orbital, un poco como la película Elysium.

- En algún punto entiendo a Bolsonaro cuando niega que el Amazonas sea Patrimonio de la Humanidad. Que lo diga él, que es un títere norteamericano, es una mera chicana para que le dejen las manos libres a los ganaderos campeones del desmonte a los que representa. Pero no, señor, el Amazonas, o al menos la mayor parte, es de los brasileños, como la Patagonia es de los argentinos y los chilenos. Ojo con eso que un día nos vamos a encontrar con que para hacer un pozo para extraer agua hay que pedirle permiso a la Corte Internacional de La Haya.

- Por otro lado las amenazas son tan grandes que algún tipo de acuerdo de alcance planetario va a ser imprescindible. Pero hay que ver quién firma ese tratado por cada pueblo. No sé, cuando Trump estaba interesado en comprar Groenlandia me dio por temer que un día nos despertáramos con que Macri le vendió Tierra del Fuego a Estados Unidos.

- Supongo que Trump sabe que debajo de los glaciares de Groenlandia hay yacimientos minerales riquísimos que sólo esperan un poco menos de hielo encima. Negoción.

- Del mismo modo que las tecnologías respetuosas del ambiente son negocios descomunales, tal vez el negocio del futuro. Los chinos ya lo vieron, los demócratas norteamericanos ya lo vieron, hasta Macri lo vio a su mezquina y psicopática manera y se embolsó unos milloncitos con el negociado de los parques eólicos. Con Tévez de socio, por cierto.

- Y la excusa que va a ser la certificación de respeto por el medio ambiente de cada producto. Andá a venderle desde América del Sur un gramo de carne a Europa con eso, los agricultores y los ganaderos franceses se deben estar restregando las manos. Si no existiera Greta Thunberg, una chica que obviamente es sincera y no hay discusión en eso, estos muñecos estarían desesperados por inventarla.

- Lo que decíamos de quién va a pagar la cuenta de los ajustes que va a haber que hacer. Porque el cambio climático es real, muy probablemente irreversible, y es para peor.

- “Si las papas están calientes / ¿por qué tengo que ser yo quien dé el primer mordiscón?”

- El tema de la comida. Efectivamente parece que las dietas vegetarianas, o incluso veganas, impactan de forma mucho menos peligrosa en el medio ambiente. Así que va a haber que comer menos carne, al menos, y no sólo por sentir pena por los animales masacrados o porque la carne de vaca es peligrosa para la salud.

- Me disgusta la moralización de ese tema. Loco, tenemos colmillos, somos una especie que lleva millones de años comiendo carne, hay vitaminas que sólo podemos obtener de tejidos animales… Hay un punto en que ese trotskismo alimenticio me recuerda al Halcón Maltés de la novela de Hammett: está hecho de la sustancia de los sueños.

- Y todavía ni nos metimos a fondo con el tema climático. Un futuro más triste que el final de la película Ladrones de bicicletas. Los desiertos que se extienden… Más arena que en un cuento de Ballard.

- Inundaciones, sequías, tormentas, olas de calor, cosechas que fracasan, pestes que se extienden… Parece el argumento de una de esas películas malísimas que pasan en los ómnibus de larga distancia y que ni nombre tienen.

- Los mosquitos transmisores de enfermedades, los grandes ganadores del cambio.

- Los mosquitos argentinos, los mejores del mundo.

- No vas a comparar

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